Echando de menos, echando de más.
El
olvido, todo lo solo, la angustia, la muerte.. todo lo atractivo de la
idea de quererte y que me olvides porque lo realmente bello está en lo
que no está. En la brisa pálida cuando te fuiste, cuando cerraste la
puerta y entró un huracán de abandonos que devastó todo esto que se
construyó justamente con lo contrario, con lo que no me gusta, con lo
patético de cocinar juntos, de mirar la tele y reír, de ir a comprar y
llevarte el carro, todo eso que vuelve tan mundano todo..
dame el desamor, la belleza de esa necesidad de cortar los segundos con tenazas, cuchillos, navajas.. dame la angustia de pensar en donde andarás cada noche al rendirme contra el suelo, cada mañana, cada amanecer preguntando por qué. Dejando lo realmente trivial de lado, no buscando.. no llamando ni respondiendo mensajes.. con tanto desdén prohijando una incertidumbre asquerosamente indisimulable. Dame todo eso que es justamente no dar nada y provocar la necesidad de salir a buscarte, y frustrarme en toda estación, en cada andén, en cada esquina de Buenos Aires con los brazos rendidos, fundidos, derritiéndose de frío…
dame el desamor, la belleza de esa necesidad de cortar los segundos con tenazas, cuchillos, navajas.. dame la angustia de pensar en donde andarás cada noche al rendirme contra el suelo, cada mañana, cada amanecer preguntando por qué. Dejando lo realmente trivial de lado, no buscando.. no llamando ni respondiendo mensajes.. con tanto desdén prohijando una incertidumbre asquerosamente indisimulable. Dame todo eso que es justamente no dar nada y provocar la necesidad de salir a buscarte, y frustrarme en toda estación, en cada andén, en cada esquina de Buenos Aires con los brazos rendidos, fundidos, derritiéndose de frío…