Una paloma que viene cruzando la plaza con el peso de la caída en sus alas aplomadas hace blanco en tu oreja.
No... preferiría dormir del jueves al sábado, o vivir bajo el ala de las caricias a la esencia que con tanto amor deja escapar la pebeta, hermosa, toda, absoluta salvo por una cosa: no la siento como a vos, y ella no me siente como a el, los dos lo sabemos y la llevamos bien... es cruel negra, si lo es, pero no puedo ser un hijo de puta mentiroso.. y eso no era una paloma, eras vos gritando cosas injustas, y no era una plaza, era el cordón de mi cama sentado, y lo mas plumifero y plomoso era la almohada en la cara o la cara en la almohada boca abajo para gritos mudos, para llorarle a la nada en la perpetua oscuridad del abandono en tanta ventana abierta con el olor a suavizante de ropa entrando alguna tarde de octubre, fría para campera de jean, brillante como esos sueños blanco y negro en los que nos seguimos encontrando. Todavía aturdido.. un pedacito de caricia en el lomo perruno. "podría desbarrancar un poco mas..?" pregunto a algún dios silencioso padre ausente. No.
No me pidas que explique mas nada. A mi no me importa que sepas si voy a ser feliz o no. Llevate la intriga a la eternidad y no me busques allá si aca no nos volvimos a ver, mi vida.
Mientras tanto toda mañana es un desafío hermoso, mas si el cielo azul me hace frente a los ojos, y si ella está al lado mio, y si la sigo sintiendo como la siento confiando en q en algún momento podré pagar tanto delirio, tanta dulzura, paciencia y dedicación con lo mejor de mi vida.
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